Se ha especulado mucho que los libros y evangelios “perdidos” de la Biblia podrían transformar radicalmente la manera en que vemos a Jesús y al Cristianismo. Novelas populares de ficción como El Código Da Vinci plantean que la formación de la Biblia fue un suceso político y que quienes estaban en el poder excluyeron a propósito ciertos libros del canon final del Nuevo Testamento.
Del mismo modo, Michel Foucault decía que las autoridades que detentan el poder nos han engañado. Sin embargo, ¿existen evidencias de una guerra entre diferentes cristianismos que luchaban entre sí con el fin de imponer su propia versión de los hechos? ¿Qué revelan los evangelios perdidos? ¿Existió realmente dicha conspiración?
“Las mejores fuentes y las más antiguas que tenemos para estudiar la vida de Jesús son los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Esta no es simplemente la opinión de historiadores cristianos que tienen en alta estima al Nuevo Testamento y su valor histórico; también es la postura de todo historiador serio de la antigüedad: desde cristianos hasta ateos del corazón”. Bart Ehrman (Historiador agnóstico y erudito bíblico)
Evangelio de Tomás
Descubrimiento: Nag Hammadi, Egipto, 1945.
Fecha est. escritura: ~175 al 250. Idioma: copto.
Dependencia: evangelios canónicos, Hechos, Hebreos, epístolas paulianas, juaninas, Apocalipsis, Diatesarón.
Influencias: herejía gnóstica, esoterismo.
Dirigido a: élite espiritual, secreta y privada.
Contenido: registro de las “palabras secretas” de Jesús.
Evangelio de Pedro
Descubrimiento: Ajmin, Egipto, 1886-1887.
Fecha est. escritura: ~150 al 250. Idioma: griego.
Dependencia: evangelios canónicos.
Influencias: herejía docética, elementos fantásticos (ej.: cruz que habla).
Contenido: relato alternativo de la pasión y resurrección de Cristo.
Evangelio Egerton
Descubrimiento: Egipto, 1934.
Fecha est. escritura: ~200. Idioma: griego.
Dependencia: evangelios canónicos.
Influencias: evangelios canónicos.
Contenido: discusión acerca de la validez de la Ley mosaica, curación de un leproso, tributo al César.
Evangelio de María
Descubrimiento: Nag Hammadi, Egipto, 1890.
Fecha est. escritura: ~180 al 200. Idioma: copto, griego.
Dependencia: evangelios canónicos.
Influencias: herejía gnóstica.
Dirigido a: élite espiritual, secreta y privada.
Contenido: la historia del liderazgo de María Magdalena impartiendo a los discípulos enseñanzas que Jesús le había dado.
Evangelio secreto de Marcos
Descubrimiento: Mar Saba, Israel, 1958.
Descubridor: Morton Smith.
Publicación: nunca publicado académicamente.
Idioma: griego del siglo XVIII.
Fecha est. escritura: siglo XX (falsificación).
Influencias: homo erotismo, Jesús homosexual.
Contenido: Jesús resucita a un muchacho muerto y luego le enseña sobre el reino de Dios desnudo.
Consenso académico: fraude.
Evangelio de Judas
Descubrimiento: Egipto, 1970.
Fecha est. escritura: ~160 al 220. Idioma: copto.
Dependencia: evangelios canónicos.
Dirigido a: secta cainita (adoración villanos de la Biblia).
Influencias: herejía gnóstica, herejía cainita.
Contenido: revelaciones secretas de Jesús a Judas Iscariote.
Conspiración imaginaria
Los evangelios perdidos extracanónicos no deben estar en el Nuevo Testamento. Es evidente que son de fechas posteriores a los Evangelios de la Biblia, y dependen de estos. Además, en el caso del Evangelio secreto de Marcos, evidentemente se trata de un fraude en toda regla. No existe ni una sola evidencia a la supuesta gran conspiración o guerra entre cristianismos y que luego los vencedores decidieron el curso de la cristiandad. Todo lo contrario: existen evidencias de que la ruta de la ortodoxia se fijó desde muy temprano, mucho antes del surgimiento de los grupos sectarios y textos heréticos.
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Fuente:
Josh y Sean McDowell, Evidencia que demanda un veredicto, Editorial Mundo Hispano, 2018, pp. 148-162. CONSIGUE EL LIBRO AQUÍ
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