Los romanos eran expertos en asegurarse de que las personas crucificadas murieran. Los documentos bíblicos relatan que José de Arimatea tenía una tumba labrada en la peña. Jodi Magness, una arqueóloga no cristiana experta en prácticas funerarias judías del siglo I dice que los detalles registrados por los escritores bíblicos son consistentes con las costumbres conocidas y las prácticas normales de esa época y lugar. Por otra parte, el experto Craig Evans, señala que hay registros que sugieren que muchas víctimas de crucifixión recibían digna sepultura.
Con respecto al sellado de la tumba, Mateo registra la piedra de bloqueo. El arqueólogo Amos Kloner dice que en ese período las piedras de bloqueo eran piedras grandes, de al menos un metro y cuarto de diámetro. A. T. Robertson dice que la piedra solo podía ser sellada en presencia de los guardias romanos que eran dejados a cargo, con el fin de evitar que alguien pudiera manipular el contenido de la tumba. Considerando las circunstancias: ¿resucitó realmente Jesucristo o fue una farsa o un complot orquestada por sus discípulos?
“Toda la evidencia estrictamente histórica con que contamos está a favor de la tumba vacía, y aquellos eruditos que la rechazan deberían reconocer que lo hacen sobre otros fundamentos que no pertenecen a la ciencia histórica”. William Ward (Universidad de Oxford)
TEORÍA #1
José de Arimatea se llevó el cuerpo
Los problemas de esta teoría se reducen a: «por qué, cómo y cuándo». José no tenía una razón real. No podía ser para evitar que los discípulos se lo robaran porque él mismo era uno de ellos. Si José no hubiera sido un seguidor de Cristo podría haber devuelto el cuerpo acabando toda la historia.
Por otra parte, José era un judío devoto y no hubiera quebrantado el día de reposo (Sábado), y menos durante la Pascua. Habría sido visto si hubiera acudido de noche, debido a las antorchas. El día siguiente al Sábado un soldado romano estuvo de guardia, apostado frente a la tumba (Mateo 27.62- 66). Las mujeres vinieron al alba de la mañana siguiente (Lucas 24.1). Sencillamente no hubo oportunidad para que José sacara el cuerpo, y si lo hubiese hecho, ¿dónde lo puso? El cuerpo nunca se encontró. No hay motivo, oportunidad ni método que respalden esta teoría, la cual tampoco explica las apariciones de Cristo en su cuerpo resucitado.
TEORÍA #2
Nunca nadie visitó la tumba
Algunos dicen que Jesús se apareció en forma de espíritu en esos dos meses posteriores a su muerte; y que ellos predicaron la resurrección basados en eso. Pero nunca fueron a la tumba a ver si Su cadáver estaba ahí. Sin embargo, los evangelios afirman claramente que varias personas fueron al sepulcro. No hay razón, tampoco, para creer que los guardias no registraron cabalmente la tumba antes de a los dirigentes judíos. Esta teoría no puede explicar las apariciones de la resurrección, la transformación de los discípulos ni las masivas conversiones de personas, acaecidas apenas unas semanas después.
TEORÍA #3
Las autoridades romanas o judías se llevaron el cuerpo
Esta teoría ni siquiera tiene sentido. Si ellas tenían el cuerpo, ¿por qué trataron de acusar a los discípulos de haberlo robado? (Mateo 28:15). Además, podrían haber impedido el «cuento» de la resurrección con solo mostrar el cuerpo.
TEORÍA #4
Las mujeres se equivocaron de tumba
Algunos sugieren que las mujeres fueron a una tumba equivocada, la vieron vacía y pensaron que Él se había levantado. ¿Por qué a plena luz del día cometieron el mismo error Pedro y Juan? Sobre todo, ¿por qué las autoridades no fueron a la tumba correcta para exhibir el cuerpo?, pues eso habría eliminado con suma facilidad toda proclama de resurrección. Esta teoría no explica las apariciones físicas de Jesús en el mismo cuerpo de carne y hueso en que fue crucificado.
TEORÍA #5
Los discípulos robaron el cuerpo
Esto no encuadra con lo que sabemos acerca de las vidas de esos hombres. No eran deshonestos. Todos ellos enseñaban que la honestidad era una gran virtud. Tampoco eran hombres astutos que trataran de concretar las predicciones de Cristo. Se escondieron porque tenían miedo de los judíos. ¿Son éstos los hombres que osadamente escamotearían el cadáver desde una tumba tan custodiada? Si esta hipótesis fuera cierta, debemos creer también que los apóstoles siguieron creyendo la fábula y murieron por lo que sabían era falso.
Jesús se levantó corporalmente de la tumba
Jesús murió y Jesús fue visto vivo, después de morir, por más de quinientas personas en doce ocasiones diferentes; y eso constituye la prueba más sobresaliente de que se levantó de los muertos. Las declaraciones de fe, como la de 1 Corintios 15:3-5 corresponden a una época muy temprana en la vida de la iglesia, y fueron formuladas poco tiempo después de la muerte de Jesús, por lo cual, tienen enorme confiabilidad histórica.
Jesús murió realmente, pero no solo eso sino que también se levantó de los muertos en el mismo cuerpo físico en que murió. Muchos escépticos se han convertido al evangelio tratando de refutar la resurrección. Si consideramos las otras explicaciones, tendremos la oportunidad de ver, también, la evidencia que muestra, concluyentemente, que solo la resurrección puede explicar todos los hechos.
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Fuente:
Norman Geiser y Ron Brooks, Apologética, herramientas valiosas para la defensa de la fe, Editorial Unilit, Miami, Florida, 2003, pp. 101-106. CONSIGUE EL LIBRO AQUÍ
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