Una de las características del cristianismo bíblico, que surgió del Nuevo Testamento, fue el término «compasión», que es un término griego que en realidad refiere a las entrañas que se conmueven ante la necesidad ajena. Jesús atendió a los que podían desfallecer por falta de alimento (Mateo 14:13); Santiago señaló que parte de la religión verdadera es socorrer a los huérfanos y a las viudas (Santiago 1:27) y Pablo indicó que el trabajo tenía como una de sus finalidades la de tener para compartir con los necesitados (Efesios 4:28).
"La ayuda era ineludible, pero una ayuda que permitiera a las personas salir de su necesidad y vivir una vida mejor y que evitara el parasitismo". César Vidal
La enseñanza del Nuevo Testamento
Una de las características del cristianismo bíblico fue el término «compasión», que es un término griego que en realidad refiere a las entrañas que se conmueven ante la necesidad ajena. Jesús atendió a los que podían desfallecer por falta de alimento (Mateo 14:13 ss); Santiago señaló que parte de la religión verdadera es socorrer a los huérfanos y a las viudas (Santiago 1:27) y Pablo indicó que el trabajo tenía como una de sus finalidades la de tener para compartir con los necesitados (Efesios 4:28).
Esta visión de un sistema voluntario de comunidad de bienes para atender a los necesitados y brindar un servicio a las ciudad se quebró durante la Edad Media. Esta práctica comunitaria fue quedando en manos de la jerarquía y de las órdenes religiosas de tal manera que el sistema asistencial que surgió perpetuó la mendicidad como ocupación, el engaño como forma de obtener donativos y una lucrativa industria de donativos que iban a parar a instituciones que luego los repartían en mayor o menor medida. A la abundancia de pobres y la existencia de una mendicidad organizada la Reforma opuso un regreso a los valores recogidos en las Escrituras.
El aporte de la Reforma
La Reforma captó desde el principio lo negativo que era un sistema asistencialista que animaba a no trabajar, que mantenía en una situación de dependencia miserable a los que recibían y que perpetuaba los males que apenas paliaba. Un ejemplo del aporte de la Reforma fue la Bourse Francaise establecida por Juan Calvino en Ginebra. La finalidad de esta institución era albergar a los refugiados que huían de la violencia católica que reinaba en sus países de origen y prestar ayuda a los pobres.
Durante la década de 1550-1560, unos 60.000 refugiados pasaron por Ginebra, una cifra muy considerable para la época. Sin embargo, los diáconos de las iglesias reformadas se ocuparon de prestar ayudas económicas temporales, entrenamiento laboral para encontrar trabajos e incluso herramientas para ejercer una labor. También se ocuparon de los casos de abandono, de los enfermos terminales, las viudas y los huérfanos. Todo sucedió siguiendo reglas aplicadas de manera tajante para no crear dependencia y ayudar a salir de la situación de necesidad.
Las ayudas se entregaban a personas con extrema necesidad y si se daban circunstancias que aseguraran que eran personas dignas de confianza. No debían cargarse a los presupuestos públicos, sino derivar de donaciones privadas o eclesiales. Se intentaba que la persona hubiera asumido una ética del trabajo bíblica y, por último, la ayuda era temporal y no debía convertirse en forma de vida. La Reforma quedaba de manifiesto en dos conductas: los pastores se apegaban a lo que enseñaba la Biblia, en especial a lo referido a la doctrina de la salvación, y los diáconos se ocupaban de los pobres.
Sin embargo, había que rehuir la formación de masas de la población que vivieran de los demás y de la creación de entidades que se mantuvieran sobre la base de esa circunstancia. La ayuda era ineludible, pero una ayuda que permitiera a las personas salir de su necesidad y vivir una vida mejor, y que evitara el parasitismo.
La obra social de los cuáqueros -esencial para comprender, entre otros fenómenos, la emancipación de los esclavos y las primeras leyes sociales-, el Ejército de Salvación o la Cruz Roja son algunas muestras del espíritu compasivo, realista y práctico (bíblico) de la Reforma. Este espíritu logró conjugar la bondad con una visión antropológica correcta, la ayuda inmediata con el proyecto de futuro y la misericordia con la oposición al parasitismo y la dependencia.
Últimas palabras
La Reforma, al regresar a los valores bíblicos, ofreció una alternativa efectiva y humanitaria. Este enfoque reformista en la asistencia social refleja una ética de trabajo bíblica y un compromiso con la dignidad y la autosuficiencia de los individuos. La ayuda debía ser suficiente para superar una situación de necesidad, pero también debía fomentar la independencia y evitar la creación de un segmento de la población dependiente. Así, la Reforma no solo reformó la teología y la práctica religiosa, sino que también estableció un modelo de asistencia social que sigue siendo un testimonio poderoso del verdadero espíritu cristiano de compasión, justicia y autosuficiencia.
César Vidal; El legado de la Reforma. Una herencia para el futuro; editorial Jucum; 2016; pp. 329 - 331
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